jueves, 6 de octubre de 2011

Las dietas proteinadas bajo control médico

Actualmente hay más de cuatrocientos millones de personas obesas en el mundo, y en los países avanzados, las que sufren sobrepeso superan ya el 50% de la población.


La obesidad constituye la segunda causa de muerte prematura y evitable después del tabaco, causando casi un 20% de éstas. 

En este contexto actual, están adquiriendo cada vez más implantación las modernas dietas llamadas proteicas, bajo dirección profesional.

Los actuales regímenes proteinados, nunca exceden el aporte de la cantidad de proteínas que necesita una persona para su subsistencia sin pérdida de masa muscular. Ello equivale aproximadamente a 1g. o hasta 1,2 g. por kilo de peso y día. Nada tienen que ver con los antiguos regímenes de proteínas en gran cantidad.

Con ello se asegura el aporte de estos elementos “plásticos” y se evitan pérdidas notables de elementos de sostén del organismo: huesos, músculo, sangre.

Simultáneamente se aplica una reducción importante de glúcidos (azúcares y harinas) y de grasas, y se controla el valor energético de los alimentos aportados ajustándolo a cubrir el metabolismo basal.

Por las peculiaridades del metabolismo del ser humano, el aporte de unos nutrientes muy plásticos, pero difíciles de ser “quemados” para generar energía, inclina la máquina energética a quemar los depósitos de reserva del organismo.

Inicialmente se produce la combustión de los glúcidos guardados (glucógeno). Según el grado de obesidad del individuo esto se produce en las primeras 48 a 72 horas. A partir de ese periodo se inicia la combustión de las grasas de reserva con la producción de unos residuos que se producen (cuerpos cetónicos o acetona) y que son eliminados por orina y por el aliento en parte. En este estado de cetosis moderada y modulada por el médico, se genera un aumento de la eliminación de líquidos por orina y un arrastre importante de iones minerales, que requieren una correcta reposición siempre bajo el control y supervisión del profesional.

A partir de la entrada en cetosis desaparece la sensación de hambre y de ansiedad, entrando en un estado de bienestar físico y psicológico, que permite continuar la fase de inicio de una forma fácil y perfectamente tolerada.

No hace falta insistir en que todo este proceso debe ser dirigido por un profesional con los controles clínicos y analíticos necesarios para mantener en todo momento el necesario equilibrio biológico. Es bajo esta dirección como se obtiene el máximo rendimiento con la mayor seguridad.

El rendimiento de estas dietas es espectacularmente elevado en comparación con otros métodos restrictivos de aporte nutricional y además se consigue el mantenimiento perfecto de la masa muscular y el equilibrio sanguíneo siempre que sea correctamente adaptada a cada persona. Simultáneamente se produce una espectacular mejoría en las cifras de sus análisis en especial de colesterol, triglicéridos, glucosa y otros.

Al no producirse importantes déficits en la persona que sigue la dieta, al dejar el régimen no se produce el temido “rebote”, tan habitual en las dietas  hipocalóricas que generan pérdidas importantes que el organismo necesita restablecer al cesar la dieta.

Disponen pues los profesionales de un excelente instrumento que da muy buenos resultados, confianza y fidelidad a los pacientes por tres datos fundamentales

1. Gran rendimiento en la pérdida de peso.
2. Ausencia prácticamente total de hambre y ansiedad.
3. La seguridad de un eficaz control profesional.

La dieta proteinada se ha revelado a lo largo de 35 años como el método más rápido, seguro y de elección para la corrección de las llamadas obesidades “sociales” y las que conllevan alteraciones de los niveles de azúcares y grasas en sangre.

Una última reflexión sobre la dieta proteinada es que no utiliza ningún medicamento ni substancia extraña. Se basa únicamente en aporte de elementos nutritivos tratados para cubrir todas las necesidades diarias de la persona y en la aportación de los elementos vitamínicos, minerales, oligoelementos y micronutrientes que el médico determine en cada caso.

Dr. Manuel Jiménez Ucero 
Autor del libro LA DIETA FLASH
Editorial Planeta

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